Juan Fco. Martín.
Me siento afortunado. Tengo trabajo, que ya es difícil en España, me encanta lo que hago, la empresa y la gente con la que estoy.
Esto no significa que todos los días son buenos o exentos de complicaciones, al contrario, las dificultades son frecuentes y no siempre los resultados los esperados. Tampoco la disposición personal cotidiana es la mejor y surgen chispas en los momentos de tensión. Se trabaja con intensidad y, con frecuencia, bajo presión. Y, por supuesto, como ocurre con el 95% de asalariados, posiblemente el sueldo podría ser mejor.
¿A qué se debe entonces la rotunda afirmación inicial? Destaco dos factores: motivación y personas.
Respecto a las personas hay una triple componente:
- La vertiente social, imprescindible. El ambiente de trabajo es excelente y distendido, la política de la empresa lo fomenta, alentando el diálogo y la proximidad. Existe buen humor, cordialidad y relaciones de compañerismo.
- La dimensión profesional. No es cuestión sólo de pasarlo bien, para eso hay clubs sociales, peñas o reuniones de amigos. A la empresa se acude a trabajar, a rentabilizar en forma de resultados el tiempo que nos pagan. Las personas deben saber hacer su trabajo, saber lo que se espera de ellas y aportarlo de forma eficiente, sin retrasos ni pérdidas de tiempo o de recursos. No hay que despistarse, cualquier desviación de los parámetros establecidos por la empresa significa perder dinero y competitividad. Se trata de ser responsables con nuestro cometido.
- El trabajo en equipo. Las organizaciones de trabajo distribuyen y coordinan las tareas de las personas que las forman. Es esencial la sincronización, la puesta en común y aunar esfuerzos en la misma dirección. De esta manera se consiguen sinergias, que trascienden los resultados individuales, tornándose en ventaja competitiva para la empresa.
En cuanto a la motivación, vincula directamente con la referida responsabilidad. Motivación significa compromiso, deseo de sumar, de remar en la dirección correcta junto con los demás. Motivación es hacer más porque queremos y creemos en el proyecto común, porque sentimos a la empresa como nuestra y porque somos conscientes de que su futuro y el propio están condicionados por la cantidad y la calidad del trabajo que aportemos cada uno.
La motivación se ve afectada por múltiples factores, entre ellos, las políticas empresariales, el ambiente de trabajo, los medios a nuestra disposición, el sueldo o el agrado con las funciones a realizar. También intervienen aspectos más complejos, como la percepción de desarrollo profesional, la autonomía para tomar decisiones responsables, el apoyo de la dirección o la consciencia del impacto de nuestro trabajo sobre el resultado global.
Este cóctel motivación-personas es clave para infundirnos energía y optimismo en el trabajo, haciéndolo agradable e interesante, y aportando satisfacción y bienestar. Levantarnos cada día con alegría y ánimo para acudir a trabajar es todo un lujo. Cuidémoslo como un bien valioso y disfrutemos saboreándolo.
Gracias por compartir y que tengas un excelente día.
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