En la familia, como en casi todas, tenemos mayores y niños. Cariñosamente, les llamamos los dependientes, ya que es necesario atenderles, guiarles o estar pendientes de su salud y bienestar. Probablemente, esta circunstancia fomenta las reuniones y los días que pasamos juntos, a la vez que disfrutamos de estupendos momentos.
En clave de broma, hablamos de las funciones materiales y
sociales a realizar, estando las primeras vinculadas a las tareas logísticas
(comida, suministros, organización) y las segundas relacionadas con la atención
y cuidado de nuestros dependientes.
De forma fluida nos distribuimos y organizamos para realizar
ambas tareas, de modo que todas las necesidades queden cubiertas. Para ello, la
comunicación compartida es esencial, lo mismo que el buen humor y el deseo de
apoyarnos mutuamente para hacer frente a estas situaciones más o menos
complicadas que la vida pone en nuestro camino.
En la empresa, las cosas son, o deberían ser, similares. Hay
tareas básicas que realizar para alcanzar los objetivos, de las que todos/as
somos conscientes. Ello nos faculta para organizarnos y distribuir el trabajo,
colaborando para gestionar el día a día, compartiendo una sonrisa, una palabra amable o un gesto de ayuda cuando sea necesario. No importa la departamentación que haya, estas actuaciones están en nuestra voluntad y en la conciencia de la responsabilidad propia y compartida.
La empresa es un ente social, por lo que son las acciones conjuntas las que crean sinergias, cuyos resultados superan a las actuaciones individuales. Es necesaria una maquinaria engranada para que sea eficiente y eficaz. La brillantez individual no pasa de anécdota cuando se requieren actuaciones coordinadas.
La empresa es un ente social, por lo que son las acciones conjuntas las que crean sinergias, cuyos resultados superan a las actuaciones individuales. Es necesaria una maquinaria engranada para que sea eficiente y eficaz. La brillantez individual no pasa de anécdota cuando se requieren actuaciones coordinadas.
Durante décadas, las múltiples
investigaciones realizadas sobre el rendimiento laboral han evidenciado que un
equipo organizado y cohesionado aumenta sus resultados, a la vez que la satisfacción, la intensidad de la
identificación con la empresa y del sentimiento de pertenencia a la misma.
No hay excusas. Aplicar las mencionadas herramientas (comunicación, buen humor y la mera disposición para contribuir al fin común)
no tiene coste alguno y sí grandes beneficios en la consecución de los
objetivos individuales y colectivos, y la mejora de nuestro bienestar en el
trabajo y el de clientes, proveedores y compañeros/as.
Gracias por compartir y que tengas un excelente día.
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