Compartir

lunes, 11 de noviembre de 2013

La conversación interior.

Megaphone Cutout Clip Art
Juan Fco. Martín.

En ocasiones, probablemente más de lo que nos pensamos, nos abstraemos inconscientemente de lo que estamos haciendo o de las conversaciones que estamos manteniendo. Estamos en un grupo o hablando con alguien y, de pronto, nos damos cuenta (o ni eso) de que hemos perdido el hilo de la conversación.

Lo mismo sucede cuando, durante una conversación, interrumpimos a nuestro interlocutor sin dejar que termine su argumento, dando por hecho que sabemos lo que va a decir o, peor aún, sin importarnos porque ya hemos desconectado y queremos exponer nuestro razonamiento.

Nuestra conversación interior irrumpe sin previo aviso y cortocircuita el hilo de nuestros pensamientos sin siquiera advertirlo. Puede deberse a múltiples motivos, no siempre conocidos por nosotros mismos, tanto positivos como negativos asociados a las emociones: preocupaciones, obsesiones, traumas, ilusiones, expectativas, miedos, alegrías..


En el entorno laboral se repite esta pauta, probablemente con más frecuencia de la deseada. Son muchas las veces que nos sorprendemos en medio de reflexiones ajenas al trabajo. Por ejemplo, estar dando vueltas en la cabeza a situaciones personales no urgentes ni trascendentes, una pulsión imperiosa para hacer una llamada de carácter privado, buscar impulsivamente en Internet una información no relacionada con el trabajo, parar para tratar con compañeros/as temas extralaborales, o tantas otras situaciones que se nos presentan a diario interrumpiendo las tareas y funciones que desarrollamos en la empresa. Y no hablemos ya de mensajería instantánea en el teléfono, chats o redes sociales, actividades que parecen generar necesidades imperiosas, aún dentro del contexto laboral.

O, en medio de una reunión, tan pronto desconectamos inadvertidamente del debate como cortamos la disertación de los compañeros porque nuestro argumento se abre paso desde dentro de forma irrefrenable, dificultando el atender y retener la información que nos están dando. Es como si actuase un interruptor que, a partir de un determinado punto en el tiempo o en el devenir de la conversación, produce un corte en la atención y en la escucha activa.

Estas manifestaciones, además de generar asincronías en la fluidez del trabajo, bloquean la concentración, afectando a la eficacia y, sobre todo, a la eficiencia de los resultados. Lo cierto es que la conversación interior está ahí, y se manifiesta continuamente, por lo que es importante tomar conciencia de ella para modular sus efectos, que pueden ir de la euforia al abatimiento más absoluto. ¿Qué hacer entonces?

Aunque es inevitable la aparición de estos "cortes" motivados por reflujos emocionales, podemos identificarlos y gestionarlos minimizando los efectos no deseados. En lo que a manifestaciones emocionales concierne, su reconocimiento y aceptación es siempre el primer paso para encauzarlas de forma positiva.

Para ello, hay que estar vigilantes y, tan pronto identificamos estas desviaciones atencionales, o del comportamiento laboral, las técnicas de detención y reorientación del pensamiento nos ayudan a corregirlas rápida y eficazmente, lo mismo que el posponer las acciones impulsivas, condicionándolas a la consecución / realización de tareas laborales concretas o a los períodos de receso.

Tomarse un breve descanso de cinco minutos cada hora es más que recomendable para relajar la tensión, desentumecer el cuerpo, cambiar de postura y "recargar" la concentración, que se debilita con el ejercicio continuado en el tiempo. Estos momentos pueden ser los indicados para dosificar aquellos impulsos a los que nos urge nuestra conversación interior.

El factor humano en la empresa, como su nombre indica, no es análogo a las máquinas, a las que supera  en muchos aspectos, a la vez que es menos eficaz en otros tantos. Nuestra naturaleza social y emocional potencia y limita al mismo tiempo nuestro desempeño en el trabajo. Conociéndola y actuando en consecuencia, podemos aportar el máximo potencial y encauzar las "fugas" mitigando las pérdidas de rendimiento.



Gracias por compartir y que tengas un excelente día.

No hay comentarios:

Publicar un comentario