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jueves, 3 de julio de 2014

Incomunicación.



Juan Fco. Martín.

Las tertulias, radiofónicas o televisivas, procuran mucha información y, sobre todo, análisis y opinión sobre la convulsa y compleja actualidad que vivimos. Las diversas aportaciones de los intervinientes permiten una "fotografía" más completa de la situación, ampliando los puntos de vista parciales o interesados de partidos políticos y de los protagonistas de la noticia.

Cuando se "calienta" el debate, los contertulios suelen "pisarse" las intervenciones unos a otros, interrumpiéndose sin esperar a escuchar los razonamientos de los compañeros, difuminándose la argumentación. Quizás la expresión más radical podemos verla en los realities sobre el "famoseo" que, más bien, parecen concursos sobre quien dice más barbaridades y grita más alto.

Aunque el ejemplo más clásico de esta comunicación deficiente se manifiesta en las discusiones, cualquier conversación puede terminar convirtiéndose en monólogo cuando nos desentendemos de las explicaciones o los puntos de vista ajenos. No sólo en el ámbito privado, también en cualquiera otro como el profesional.

Siempre me sorprendió, por no decir asombró, cómo en las entrevistas de selección los jefes de departamento hablaban más que los candidatos a los que estaban evaluando.El guión se repetía una y otra vez. Tras unas preguntas iniciales,
se arrancaban en una especie de declaración de principios sobre sus criterios de gestión del negocio o sus preferencias de cómo realizar el trabajo. No es que estas materias sean superfluas, ni mucho menos, pero se trata de escenarios donde constatar la idoneidad de los candidatos y la única forma de hacerlo es escucharlos. Claro que un gran número de mandos sin la cualificación adecuada se sienten plenamente capacitados para realizar selección de personal, pero esto es materia de otra reflexión.

Retornando a la tendencia a escucharnos a nosotros mismos, otro caso de juzgado de guardia son las mesas de negociación, por ejemplo, de reivindicaciones laborales o de acuerdos comerciales. Entre las reglas de oro, escuchar a la otra parte, conocer sus intereses o identificar sus ejes de negociación. Sin embargo, en muchas ocasiones se lleva una agenda rígida, donde el objetivo es imponer nuestros criterios u objetivos. Por definición, negociar implica hacer concesiones para obtener réditos. Ambas partes pagan un peaje que les garantiza cerrar con saldo positivo. Pero no, para muchos se trata de conseguir sus propósitos con independencia de lo que diga o quiera el otro. Aprovechando las palabras del presidente del gobierno en su visita a Panamá esta misma semana, "no podemos ir a negociar con posturas cerradas".

Las situaciones interpersonales, cualesquiera que sean, empezando por la atención al cliente, son pura comunicación. Y para conseguir una comunicación eficaz, de valor, las herramientas a tener siempre a mano son  la escucha activa y la empatía. Preguntas como ¿qué me está diciendo la otra persona, qué me quiere decir, por qué o para qué? son poderosas palancas que nos ayudan a conseguir un intercambio eficiente y fructífero. Saber escuchar es la primera máxima. La escucha activa facilita datos e información para conocer a nuestro interlocutor, sus intereses, sus necesidades y las "teclas" a pulsar para optimizar el intercambio comunicativo.

Tan importante como saber escuchar es la empatía, auténtica clave del proceso comunicativo, que facilita la conexión emocional con la otra persona desde la comprensión de sus motivaciones. Cuando nos sentimos comprendidos se funde el hielo, caen las barreras y la relación fluye con naturalidad. De hecho, por mucha información que manejemos, sólo si se produce esta conexión, la comunicación podrá ser realmente exitosa. La empatía "lubrica" el proceso comunicativo, genera confianza, facilitando el entendimiento mutuo y la colaboración.

Pero no basta con la legítima aspiración de ser escuchados o comprendidos. De nuevo, el recurrido dicho trata a los demás como quieres que te traten a ti resume sabiamente las claves para lograr la mejor de las comunicaciones.



Gracias por compartir y que tengas un estupendo día.

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