De pequeño, el concurso estrella en
televisión era Un dos tres, responda otra
vez. Además de entretenido, también era muy pedagógico, con una primera
parte de preguntas que siempre empezaban con la entradilla Por 25 pesetas, diga… Una de esas preguntas bien podría haber sido enumerar
platos que pueden prepararse con huevos y papas. Por ejemplo, huevos
estrellados, tortilla española, papas fritas con huevos fritos, papas guisadas
con huevos duros… y así con todas las posibles combinaciones que se nos
ocurran.
Como vemos, con los mismos
ingredientes básicos, los resultados pueden ser muy diferentes. Es más, por
seguir con el ejemplo, ni siquiera será la misma tortilla con el doble de papas
que de huevos o viceversa. Todas las combinaciones son válidas, aunque sólo
idóneas si coinciden con nuestras preferencias en cada momento.
Algo similar sucede con el encaje de
nuestras capacidades
en el puesto de trabajo. Lógicamente, ser muy bueno en
determinada materia sólo será valioso para un puesto que requiera esa
habilidad. Pero, como hemos comentado en anteriores ocasiones, para hacer algo
muy bien no bastan los conocimientos, ni siquiera las habilidades; también, y sobre
todo, actitudes acordes con la empresa y con la función a desempeñar.
Este conglomerado
conocimientos-habilidades-actitudes que conducen a un desempeño eficaz es lo
que conocemos como competencias. Existen diversas clasificaciones de
competencias que, esencialmente, emanan de la Tabla de Competencias Básicas publicada
por Hay McBer en 1993:
Áreas
|
Competencias
|
I. Logro y Acción
|
·
Orientación al Logro
·
Preocupación por Orden, Calidad y Precisión
·
Iniciativa
·
Búsqueda de Información.
|
II.
Apoyo y Servicio
|
·
Comprensión Interpersonal
·
Orientación al Servicio al Cliente
|
III.
Impacto e Influencia
|
·
Impacto e Influencia
·
Conciencia Organizacional
·
Establecimiento de Relaciones
|
IV.
Gerencia
|
·
Desarrollo de Otros
·
Asertividad y Uso del Poder Posicional
·
Trabajo en Equipo y Cooperación
·
Liderazgo de Equipo
|
V.
Cognitivo
|
·
Pensamiento Analítico
·
Pensamiento Conceptual
·
Pericia (Expertice)
|
VI.
Efectividad Personal
|
·
Autocontrol
·
Autoconfianza
·
Flexibilidad
·
Compromiso Organizacional
|
Cada puesto de trabajo, además de
conocimientos (formación) y habilidades (experiencia), requiere una combinación
de competencias básicas para su desempeño eficaz. Para complicar más las cosas, igual que los ingredientes de una receta gastronómica, dos puestos laborales diferentes pueden requerir similares competencias pero combinadas en distinto grado. A modo de
ejemplo, dos ingenieros no serán igual de buenos para un mismo puesto de diseño
industrial, ya que su nivel de competencia difiere, a pesar de tener los mismos
estudios y análoga trayectoria laboral.
Con nuestro bagaje competencial,
podemos ser muy adecuados para unos puestos, pero no para otros. Por ello, es
importante dotarnos de competencias coherentes con nuestra línea de trabajo,
adecuadas a nuestro puesto actual y al desarrollo de nuestra carrera
profesional. A la hora de cargar la caja de herramientas, mejor llevar aquellas
que realmente vayamos a necesitar, que no meter de todo sin ton ni son, por si
nos hiciera falta.
Por mucho que nos gustaría ser como Superman,
este deseo, derivado de fantasías infantiles, no pasa de ser una mera entelequia.
Seamos realistas y pongamos los medios, fundamentalmente la formación, para adquirir
y alinear competencias útiles para ser realmente buenos en lo que nos gusta o
sepamos hacer.
Ya lo dice el refrán, quien mucho abarca, poco aprieta. Y es
que no se puede ser bueno en todo, aunque sí podemos ser muy buenos en nuestra
profesión y proponernos seguir aprendiendo cada día para ser un poco mejores.
Porque, como ya sabemos, más importante que ser bueno en algo, es querer serlo.
Gracias por compartir y que tengas
un estupendo día.
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