Bien dicen que hasta el rabo todo es toro. Al igual que le
ocurriera al Atlético de Madrid en la final de la Champions, Las Palmas vio
esfumarse en el último minuto sus aspiraciones de ascender a la primera
división de la Liga española, doce años después de haberla abandonado. Tras una
temporada de trabajo, disputó la promoción y tuvo el preciado ascenso en sus
botas durante todo el segundo tiempo, hasta que el Córdoba se lo arrebató.
Desconozco cuál de los dos equipos hizo más méritos o si el resultado final fue
justo. Las reglas son las que son y conforme a ellas se resolvió el encuentro.
El Córdoba, lo mismo que el Madrid, a pesar de estar
sobrepasado el tiempo reglamentario, no cejó en su empeño y obtuvo su premio.
Bien podía haberse resignado con el marcador, habida cuenta de su impotencia
para marcar en el segundo tiempo, pero no. Los jugadores mantuvieron la
confianza en sus posibilidades, en su esfuerzo y en sí mismos. Un gol sobre el
reloj les trasladó de la derrota a la primera división, tras 42 años desde que
la pisaron por última vez.
Por otro lado, tal fue la certeza de la afición local de retornar a primera que,