En estos días, he tenido ocasión de asistir a una
intensa formación para gerentes y coordinadores sobre el nuevo ERP de gestión
comercial que adoptará la franquicia multinacional a la que están asociadas nuestras
empresas. La implantación de este sistema requiere implementar un nuevo protocolo
en la atención al cliente, así como cambios de gran calado en la gestión
informática de los diversos procesos del negocio, desde la logística a la
facturación.
La enseña asegura que estas innovaciones redundarán en una
significativa mejora de las ventas, así como en una mayor vinculación del
cliente, lo cual suena muy bien. Sin embargo, la opinión generalizada fue
bastante crítica, habida cuenta de los cambios radicales en un sistema que está
funcionando y de las carencias que el nuevo planteamiento evidencia respecto a
la situación actual. Entre otras, la atención al cliente requerirá más tiempo,
lo que incrementará los tiempos de espera y las colas en los establecimientos. No obstante, con
el transcurso de los días, se fue
aceptando la nueva realidad, en parte por inevitable, en parte porque fuimos
convenciéndonos de buscar soluciones a los futuros problemas según se fuesen
presentando.
A menos que se parta de una situación insostenible, cambiar
siempre es un engorro,una aventura incómoda, donde se deja de lado la zona de confort, lo conocido, lo previsible, para adentrarse en incertidumbres continuas, de impredecibles resultados y para las que no tenemos un patrón de respuesta establecido.
siempre es un engorro,una aventura incómoda, donde se deja de lado la zona de confort, lo conocido, lo previsible, para adentrarse en incertidumbres continuas, de impredecibles resultados y para las que no tenemos un patrón de respuesta establecido.
Además, a priori, implica pérdidas diversas,
fundamentalmente del statu quo, de seguridad y, sobre todo, de tranquilidad.
Tener que romper con las dinámicas aprendidas, los hábitos y comportamientos que
nos funcionan bien (al menos, así lo creemos), es un coste muy alto a pagar por
lo que no se sabe que se recibirá a cambio. Si a ello añadimos que conocemos de
antemano los aspectos negativos y las desventajas que comporta dicho cambio,
mayor será la resistencia que opondremos.
Quién sabe la de oportunidades que perdemos porque se encuentran más allá de lo
conocido y evidente.
Quizás por ello, en la mayoría de los casos, los grandes
cambios en nuestra vida vienen propiciados por las circunstancias o porque no
queda otra que liarse a la manta a la cabeza cuando no hay nada que perder o se ha perdido todo.
El caso es que, a pesar de nuestras propias dudas, ahora
estamos transmitiendo al personal del punto de venta las virtudes y ventajas
que tendrá para mejorar su trabajo la implantación del nuevo sistema. En parte, porque queremos “aliviarles” el shock que les supondrá la formación
que se desarrollará en los próximos días. Pero también somos conscientes que el
éxito del nuevo modelo sólo será posible si todos empujamos el carro al
unísono. De escépticos, nos hemos convertido en “evangelizadores”, puesto que entendemos que
debemos actuar con responsabilidad y liderar este cambio que nos resulta
incierto. ¡Qué paradoja!
El liderazgo requiere visión y asumir riesgos, que no
temeridad. Se trata de ver más allá de las sombras, de los impedimentos e
inconvenientes. De escudriñar los posibles beneficios del cambio y evaluarlos
para decidir ir a por ellos. No es tarea fácil, puesto que no se tienen
suficientes datos y las pérdidas pueden ser cuantiosas. Pero, sin duda, son los
grandes cambios los que mueven el mundo y ello requiere personas
decididas a emprenderlos.
Gracias por compartir y que tengas un estupendo día.
Buenas Señor, me has sorprendido gratamente. No sabía que escribieras articulos de opinión. La verdad es que has acertado en todo y nadie podría haber expresado mejor los sentimientos que tiene nuestro personal. Pero para eso como bien dices, estamos nosotros. Para darles todo el apoyo que sea necesario para que los cambios sean los menos traumáticos posible.
ResponderEliminarYo también le felicito por la redacción impecable del articulo y por el enfoque, orientado a superar los miedos y vencer las resistencias, pero como distribuidor, convendrá con migo, que de lo que está hablando no es la panacea, además, no soluciona todos los problemas, es más, es peor ERP que cualquiera de los otros que están en el mercado, eso sí, con una potente herramienta "embudo", para analizar y optimizar los resultados de nuestros vendedores.
ResponderEliminarEs cierto que vamos a otro modelo de gestión/ventas, y es por ello por lo que quizás, no sea tan importante como lo es hoy, el perseguir hasta el último céntimo de comisión.