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lunes, 21 de abril de 2014

Goleando por la escuadra.

Juan Fco. Martín.

Football Soccers Clip ArtHay un equipo de fútbol que está revolucionando la Liga desde el minuto uno y nos tiene boquiabiertos con su poderío en la Champions, que no es otro que el Atlético de Madrid. Con un presupuesto muy inferior al de los dueños del cotarro, Real Madrid y Barcelona, su gesta no tiene parangón ni explicación racional.

Lo que inicialmente parecía un espejismo, una racha de victorias encadenadas en el primer tramo de la competición, con más ganas que argumentos sólidos, con el paso de las jornadas la cosa no parece tan fortuita o azarosa. Es más, se evidencia que estamos ante un equipo con expectativas reales para ir a por todas, mirando de tú a tú a rivales de contrastada entidad y trayectoria, con prestigio internacional y plagados de estrellas futbolísticas internacionales.

La hinchada atlética, los colchoneros, los eternos perdedores, no paran de frotarse los ojos, llenos de ilusión por revivir aquella histórica y gloriosa temporada 1995-1996, en la que se alzaron con el doblete de liga y copa españolas. Es más, la cosa promete aún mayores logros, liderando en solitario, y con autoridad, la competición nacional y plantados brillantemente, y por mérito propio, en las semifinales europeas.

¿A qué se debe este fenómeno totalmente extraordinario y contrario a toda lógica? ¿Qué diantres está pasando en el fútbol español y europeo con el lío que está armando el Atlético de Madrid? Cualquier explicación es aventurada e igualmente válida, o no. Lo que parece indiscutible es la confluencia de varios hechos en esta revolución futbolística:

  •  Plantilla: este equipo no destaca por las individualidades, salvo por el delantero Diego Costa, especialmente famoso por la polémica suscitada por su decisión de jugar el próximo mundial de Brasil con la selección española. El resto no son nombres famosos, ni fichas millonarias, ni destacan por sus cualidades individuales. Sin embargo, como equipo, han demostrado potencia, resolución y eficacia. No hay la menor duda, ahí están los resultados, liderando la Liga, hasta ahora propiedad exclusiva de los dos grandes.
  • Entrenador. La conducción de la plantilla realizada por Diego Simeone, ex jugador del equipo, parece trascender a los aspectos meramente tácticos del juego. El marcado estilo personal del “Cholo”, sin alharacas ni protagonismos, desde la discreción, fomenta el trabajo compartido, conjuntando las aportaciones individuales hacia el objetivo común..Muchos aseguran que su "magia" es la verdadera protagonista de este fenómeno. Su hasta ahora humilde "partido a partido" se ha transformado en un ambicioso "final a final", dicho en alto y con orgullo, arropándose en la plantilla , en los colores del club y en la entregada afición. La capacidad de liderazgo demostrada por Simeone ha sorprendido a propios y extraños, trayendo un soplo de aire fresco al fútbol español, recordando la “época Guardiola”, aunque con un toque más cercano, más popular. Su naturalidad le “humaniza”, generando confianza y motivación, aunando voluntades.
  • La afición, la sufrida afición del Atlético, tan bien caracterizada en la película Torrente, se siente flotando. Tras la sequía de títulos y años de ser el patito feo a la sombra del eterno rival, parece haber llegado su oportunidad, el gran momento, situándose por derecho propio en la antesala de la final de Champions y del título de Liga. De la mano de Simeone, los atléticos han alcanzado cotas inimaginables, recuperando la ilusión, entregados a su equipo y apoyándole a muerte.

Incorporar este esquema, esta sinergia, sería el mayor deseo de cualquier empresa, viéndose catapultada desde la mediocridad a la cúspide sin necesidad de desembolsos millonarios. La combinación de liderazgo y  motivación resultan en un cóctel explosivo, capaz de obrar milagros en los resultados. En su contexto y escala, las empresas también pueden beneficiarse de este fenómeno, sabiendo mezclar los ingredientes en la justa medida:
  • Convicción en el proyecto y en los objetivos comunes, más allá de las expectativas individuales, generando ilusión y alegría por los logros.
  • Toma de conciencia de que lo realmente importante es sumar el valor de las individualidades para alcanzar esos objetivos, coordinando los esfuerzos y compartiendo los éxitos. Todas las aportaciones son necesarias e igualmente valiosas. La construcción de un castellet requiere de todas las personas que lo integran, desde los desconocidos “fortachones” que conforman la base a la cara amable del niño/a que lo corona. Sin el esfuerzo conjunto y coordinado nunca se alcanzará el objetivo.
  • Liderazgo: la adecuada dirección de la orquesta es fundamental. Quien maneja la batuta conoce las fortalezas y carencias de cada músico, le orienta para mejorar, conforma y compensa al grupo hasta tornarlo en equipo y obtener su mejor interpretación.

Pero, por encima de todo, el gusto por el trabajo diario, creer en él y en las personas con las que colaboramos, sean colegas, clientes o proveedores. Levantarnos cada día con alegría y ganas de disfrutar, aprender, ayudar, compartir y generar sinergias provechosas para todos.



Gracias por compartir y que tengas un estupendo día.

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