Seguro que en las ocasiones que hemos disfrutado de la estancia en un hotel o, mejor aún, un crucero, nos hemos recreado con sumo agrado con su amplia oferta de actividades y servicios. Entre ellos, restaurantes, piscinas, ocio, espectáculos, jardines, spa, tiendas, alojamiento, … Ciertamente, es una magnífica forma de desconectar del día a día, de relajarse y de renovar energías o, cargar pilas, como decimos comúnmente.
Probablemente, nos hayamos admirado por la compleja y magnífica
coordinación, casi mágica, que hace posible el funcionamiento armónico de esos
placeres para el huésped. Todo ello gracias al apoyo de servicios complementarios como limpieza, cocina, mantenimiento, depuradora de
aguas, calderas, generación de electricidad y tantas otras que se escapan a
nuestros ojos. A esto se unen elementos externos como proveedores de
suministros, equipamientos, mobiliario y una lista tan larga como queramos.
Para añadir más lío,