Con el transcurrir del tiempo, las modas se suceden cíclicamente con diversas variantes y matices. Durante la pasada década, el palabro resiliencia estaba en boga entre los profesionales del desarrollo de los recursos humanos.
Procedente de la mecánica, la capacidad de un material elástico para absorber y almacenar energía de deformación, se hizo extensiva a la capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas.
Técnicamente, se trata de la habilidad para manejar el estrés y responder satisfactoriamente a momentos dificultosos, hacerles frente y superarlos de forma positiva. De la misma forma que un patito de goma recupera su forma original al comprimirlo, la resiliencia nos ayuda a superar y recuperarnos al sufrir una tragedia o un trauma.