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jueves, 12 de marzo de 2015

Un momentito, por favor.


¡Menudo circo! La semana pasada me topé con un listo que pretendía aparcar sobre la acera, sin la menor consideración hacia los derechos de los peatones. Pero es que el otro día me di de bruces con una miope que no veía más allá de su nariz. Y no me refiero a falta de vista, sino a cortedad de miras.

Resultado de imagen de un momento por favorCamino de casa después del trabajo, me detuve en el super a realizar un avituallamiento de emergencia para la cena. Al llegar a la línea de caja, me ubiqué en la cola que me pareció más corta y me dispuse a aguardar mi turno. A medida que se prolongaba la espera, mi sorpresa e impaciencia se incrementaban exponencialmente mirando asombrado a la persona que pasaba los artículos por el lector de códigos.

martes, 3 de marzo de 2015

Ya, ya.

Simple Handshake Clip Art

¡Todavía no salgo de mi asombro! Hace unos días, al llegar a casa tras finalizar la jornada laboral, un coche maniobraba para aparcar y subió a la acera ocupando todo su ancho. Como no retornaba a la calzada, le hice señas para ayudarle a terminar la maniobra pero, para mi sorpresa, el conductor paró el motor y se bajó. Al indicarle que estaba bloqueando el paso de la acera, por toda respuesta, me obsequió con un elocuente “ya, ya”.

Me quedé perplejo, casi paralizado, preguntándome si no había sabido expresarle la situación correctamente o si el individuo no concedía a la circunstancia mayor importancia. Aposté por la primera posibilidad, otorgándole el beneficio de la duda, y opté por aportar un nuevo argumento al debate, ya que mi interlocutor comenzaba a alejarse del coche recién “aparcado”. Puesto que el derecho de los peatones a utilizar la acera no parecía suficiente razón para dejar el paso expedito, aventuré que si pasaba alguien con un carrito de niños o en silla de ruedas vería interrumpido su camino.

A lo que replicó, no sin razón,